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El pH es el parámetro que mide el grado de acidez del agua. Podemos hablar de un pH neutro (entre 7,2 y 7,6), de un pH ácido (menor de 7,2) y un pH alcalino (superior a 7,6).
El pH tiende generalmente a aumentar, por lo que es necesario llevar a cabo un control diario a través de las herramientas adecuadas. El pH debe estar en todo momento entre 7’2 y 7’6 para disfrutar de un baño saludable.
La forma de medir el pH de la piscina es a través de un test kit o medidor para piscinas, una herramienta fundamental en tu kit de limpieza de piscinas.
Dosis recomendada
- 300 ml por cada 100 m³ para aumentar una décima de pH.
Por qué controlar el pH de tu piscina:
- En primer lugar, un pH bajo eleva la acidez en el suelo y las paredes de la piscina, con consecuencia directa del deterioro de los revestimientos de su superficie.
- El material deteriorado suelta partículas que van a parar al agua, lo que también genera manchas en el vaso de la piscina.
- A su vez, esto hace que se corroan las partes metálicas de la piscina, como las barandillas o escaleras, y bombas de calentamiento se desgastan.
- Afecta a la salud de los bañistas con síntomas como manchas oscuras, alergias en los ojos, garganta y nariz. Además se reseca el cuero cabelludo por las erupciones que causa el agua ácida.
Cómo subir el pH de la piscina:
- Lo primero es utilizar un kit de prueba, tomando una muestra de agua en el tubo. Luego añadir la cantidad del producto indicada para reducir su pH a menos de 7,6. Después, con la piscina fuera de uso, harás lo propio con la cantidad que te indiquen las instrucciones del producto. El sistema de filtrado debe llevar algunas horas encendido cuando apliquemos el producto.
- Hay que repartir el producto por toda el área de la piscina hasta que se diluya con el agua. O también podrás utilizar una bomba dosificadora para esparcirlo.