El mantenimiento de una piscina debe ser periódico, constante y equilibrado, puesto que no es conveniente llevarlo a cabo solo durante la temporada de baño, de forma irregular o de cualquier manera. En concreto, en este punto es relevante destacar tanto el uso de productos químicos como los trabajos de limpieza.
Así, cada producto químico debe aplicarse en su medida, la cual estará determinada según las indicaciones del fabricante. Estas tendrán en cuenta factores como el volumen de agua que alberga la piscina o el tiempo que dura la acción del producto. Por su parte, las labores de limpieza también deben responder a una periodicidad que garantice la calidad y el buen estado del agua de forma permanente.