Tipos de agua de piscinas

Aguas de piscina: Descubre los diferentes tipos que existen

Las piscinas de cloro son las más demandadas del mercado. Este hecho ha sido así desde siempre y lo es todavía en la actualidad, pero ¿sabías que hay otros tipos de aguas de piscinas? Así es. Hay aguas de piscinas más dulces o más saladas. Todo depende del producto que se aplique para llevar a cabo la desinfección. En este punto, existen grandes diferencias entre el cloro, la sal o los minerales como desinfectantes de una piscina. Cada uno de ellos ofrece unos beneficios concretos y un grado de eficacia diferente, además de condicionar la clase de mantenimiento que debes emplear en tu piscina.

Una piscina de cloro utiliza esta sustancia, en cualquiera de sus posibles formatos (líquido o en pastillas) para destruir los microorganismos que hay presentes en el agua, tales como virus, bacterias u otros gérmenes. Se trata de un químico que debe verterse al agua de forma periódica y en su justa medida para garantizar su eficacia, por lo que requiere un control regular que evite posibles alteraciones. Aunque es inocuo, hacer un mal uso de este producto puede llegar a ocasionar irritaciones en la piel o en los ojos cuando entra en contacto directo con los bañistas.

Por su parte, las piscinas saladas conllevan un menor mantenimiento que las de cloro, puesto que la desinfección del agua se realiza a través de un sistema de cloración salina integrado por un dispositivo eléctrico en el que se ejecuta el proceso de electrólisis. En este caso, la inversión en mantenimiento a largo plazo es inferior pero el desembolso económico inicial es superior que a la hora de adquirir una piscina de cloro. La principal ventaja de esta clase de aguas de piscinas es que, al estar sometidas a un proceso de desinfección cíclico y natural, no provoca reacciones adversas para los usuarios o en el entorno de la instalación.

Por el contrario, un factor a tener en cuenta en las piscinas de sal es la temperatura del agua, la cual debe ser más alta de 15ºC, y la posible corrosión de algunos elementos de la instalación, como puede ocurrir con los anclajes para cobertor de invierno en caso de que el acero que los compone no sea de la aleación correcta.

Tipos de aguas

Por su parte, las piscinas saladas conllevan un menor mantenimiento que las de cloro, puesto que la desinfección del agua se realiza a través de un sistema de cloración salina integrado por un dispositivo eléctrico en el que se ejecuta el proceso de electrólisis. En este caso, la inversión en mantenimiento a largo plazo es inferior pero el desembolso económico inicial es superior que a la hora de adquirir una piscina de cloro. La principal ventaja de esta clase de aguas de piscinas es que, al estar sometidas a un proceso de desinfección cíclico y natural, no provoca reacciones adversas para los usuarios o en el entorno de la instalación.

Por el contrario, un factor a tener en cuenta en las piscinas de sal es la temperatura del agua, la cual debe ser más alta de 15ºC, y la posible corrosión de algunos elementos de la instalación, como puede ocurrir con los anclajes para cobertor de invierno en caso de que el acero que los compone no sea de la aleación correcta.

Tipos de aguas

A pesar del elevado número de ventajas que ofrece el agua mineral de una piscina, se trata de una opción que solo es posible utilizar en instalaciones de reducido tamaño. Uno de sus principales beneficios es el cuidado de la piel a causa del magnesio que se encuentra presente en esta clase de aguas de piscinas, ya que elimina las impurezas del cuerpo de los usuarios. Además, la calidad del agua de este tipo de piscinas es mayor al no necesitar productos químicos para su desinfección, la cual realiza mediante un cloro natural que acaba con los gérmenes por oxidación.

En definitiva, cada uno de los tipos de aguas de piscinas que están disponibles en el mercado proporciona unas ventajas, por lo que deberás estudiar cuál es la opción que más te conviene según tus circunstancias y posibilidades.

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