1. Limpiar el filtro. El sistema de filtración es la parte de la piscina que se encarga de mantener el agua sin residuos y en las mejores condiciones, por lo que es fundamental que el filtro esté limpio para garantizar un buen funcionamiento.
2. Limpiar el vaso de agua. Para eliminar la suciedad adherida a las paredes y el fondo de la piscina puedes hacerlo de forma manual, frotando con un cepillo o pasando un aspirador de piscina, o utilizando un robot limpiafondos eléctrico o hidráulico que realice la limpieza de manera automática. Durante el proceso, mantén activo el sistema de filtración para que recoja las partículas de suciedad que se desprendan.
3. Mantener los niveles de pH. No hay que descuidar los parámetros del agua ni siquiera cuando el periodo en el que la piscina vaya a estar fuera de uso sea largo. Recuerda que el nivel de pH debe situarse siempre entre 7’2 y 7’6 para que no surjan problemas derivados de la falta de mantenimiento.