El agua es el elemento principal de una piscina, por lo que su correcto mantenimiento es fundamental a la hora de garantizar unas condiciones óptimas para que el bañista disfrute de un entorno limpio y saludable. La finalidad es mantener la calidad del agua para hacer de la piscina un espacio agradable, práctico y de confort para los usuarios.

Piscinas mantenimiento: diario

Hay dos acciones fundamentales para el mantenimiento de piscinas diario: el control del cloro y el pH. Esta medición refleja el nivel de desinfección y de acidez del agua de forma instantánea. Estos parámetros son esenciales a la hora de permitir el baño de una persona en la piscina.

También es recomendable retirar de la superficie los residuos contaminantes que han caído a la piscina, tales como palos o insectos, con una malla recoge hojas.

Piscinas mantenimiento: semanal

La limpieza del fondo y de las paredes del vaso deben llevarse a cabo al menos una vez a la semana, ya que la suciedad tiende a adherirse y acumularse en el revestimiento de la piscina y, cuanto más tiempo pase de una limpieza a otra, más difícil será eliminar los deshechos incrustados.

Se puede utilizar un cepillo, un limpiafondos manual o un robot para desprender y aspirar la suciedad.

Piscinas mantenimiento: anual

Algunos mantenimientos específicos tienen que realizarse una vez al año, como la puesta a punto y el invernaje, que se llevan a cabo al comenzar y finalizar la temporada de baño.

La puesta en marcha de la piscina se basa en preparar la instalación para que sea apta para el baño de las personas, por lo que en ocasiones requiere un tratamiento de choque que ejecute una desinfección profunda del agua en un tiempo reducido. Sin embargo, el invernaje consiste en aplicar un tratamiento para mantener el agua en las mejores condiciones posibles durante la época invernal mientras la instalación permanece fuera de uso.

Mantenimiento de piscinas privadas

Todas las piscinas, ya sean públicas o privadas, requieren el uso de múltiples productos químicos que eliminen la suciedad tanto del agua como de la estructura.

Por ello, hay un tipo de producto para cada acción necesaria en la piscina, desde los alguicidas que evitan la proliferación de algas y microorganismos hasta los descalcificadores que desincrustan la cal adherida a los distintos componentes de la instalación. También hay reguladores para aumentar o disminuir el nivel de pH, fungicidas para acabar con la presencia de hongos, floculantes para conseguir eliminar las partículas contaminantes más pequeñas y diferentes formatos de cloro u otros productos como oxígeno activo o bromo para desinfectar el agua. Los productos multiacción reúnen varios de estos tratamientos en un solo bote para no tener que aplicar un producto distinto para cada problema.

Igualmente, es imprescindible comprobar de manera periódica la limpieza y el correcto funcionamiento del sistema de filtración de la piscina, desde el skimmer hasta el filtro, para evitar que tanto el agua como la suciedad permanezcan estancadas y se ralentice o se obstruya el proceso de limpieza.